People are dying in the Mediterranean. Help them.

kuku.

¿Cuándo dejé de escribir?

Una pregunta que se repite en las entrevistas que me hacen es: "¿Cuándo empezaste a dibujar? Y siempre respondo lo mismo: ¿Cuándo dejásteis vosotros de dibujar?

Charla de Puño en MADinSpain 2011

Nunca he escrito demasiado bien. Estudié Periodismo y durante una época de mi vida gané mejores o peores salarios poniendo palabras seguidas. Pero nunca he estado interesado academicamente en el lenguaje frente a lo que cuenta y el ritmo con el que lo cuenta. Aunque he escrito mucho. En casa de mis padres guardo un archivador con más de 200 páginas de periodico con artículos escritos por mi. De vez en cuando, cuando vuelvo a casa, la abro y echo un vistazo. Siempre me paro en la portada de El Mundo con una foto mia y en otra portada de Público un día que me toco abrir el periodico tras una bomba de ETA en un cuartel de Burgos.

Encontrar un hueco en una profesión como el diseño digital tiene cosas tan buenas como la seguridad laboral y poder vivir en distintos países, algo que el Periodismo tan ligado al idioma y al lenguaje nunca me hubiese permitido tanto. Pero todo tiene sus virtudes y sus defectos y uno de estos últimos es que en la última década apenas he escrito algunos micro textos para dar la bienvenida a un nuevo usuario en una red social o tranquilizar al usuario de una aplicación móvil de un banco. Pero he hablado mucho sobre lenguaje: he dado la caca hasta la extenuación a equipos de marketing sobre “claiming”s que creía que no comunicaban bien el producto para el que trabajaba o me he tirado horas debatiendo que palabra era la más exacta para poner en un botón que ni si quiera sabíamos si alguien iba a pulsar.

Bueno, realmente escribí mucho. Durante los últimos 10 años apenas he escrito nada, y expresarme en español escrito a día de hoy me cuesta horrores.

La pasada semana le comenté a un par de amigos que quería escribir un poco todos los días. Sin ser algo super emocionante creo que todos me han preguntado que para qué. Realmente no hay un objetivo. Realmente creo que el objetivo es precisamente por primera vez en muchos años no tener un objetivo. Hacer algo porque me apetece y no medirlo esperar un impacto. Es una de las mismas razones por las que apenas tengo una docena de las miles de fotos que he sacado durante los últimos 20 años publicadas online. Es una afición muy personal y no creo que el Internet actual basado en likes, comentarios y opinión en una carrera al reconocimiento ensucie un poco algo que hago sólo para mi.

Voy a intentar escribir todos los días. Me gusta esa sensación de poder tener un micro sitio en Internet en el que volver a poder ser más bobalicón. Un sitio en el que compartir que he descubierto una canción que todo el mundo ya conocía y estar igualmente emocionado. Donde poder compartir algo como esto sin tener que acompañarlo de un análisis sesudo de media docena de enlaces a artículos de diseño que espero que nadie haya leído antes. Hablar de cosas importantes para mi sin tener que pretender que soy un experto o me ha cambiado la vida.